Factores influyentes de la relación


No hay nada como una buena relación entre dos individuos. Pero, la intención de entenderse no basta, aunque sea una ayuda, como no.
Parece complicado establecer una correcta comunicación y convivencia, prolongarla en el tiempo, y sobretodo (o eso creemos frecuentemente), si se trata de una relación entre especies distintas.
En el caso del ser humano y el perro, esta dificultad ocasiona problemas y situaciones incómodas que, no suelen ser beneficiosas para dicha relación y, si ésta termina, el perro prácticamente siempre se lleva la peor parte.
Hablaremos a continuación, de aquellos perros domésticos que han de adaptarse al entorno humano, ya que conviven estrechamente con las personas compartiendo sus vidas, famílias, formas de actuar y actividades.
Puede que una definición clave de esta cuestión sea que: 
"La persona es responsable de proporcionar las "herramientas" necesarias para que el perro sobreviva en el entorno humano, atendiendo a sus necesidades tanto físicas como psicológicas, para su correcta adaptación y desarrollo"

El bienestar del animal no depende esencialmente de nuestra intención y/o voluntad, sino de nuestro conocimiento ante el animal que tenemos delante o que está bajo nuestra responsabilidad.
Por otra parte, el éxito de la relación está directamente relacionado con la capacidad de los  individuos de adaptarse a las posibles dificultades que perciben o existen en su entorno.
Para facilitar la relación con nuestro perro deberíamos tener en cuenta distintos factores influyentes que podemos modificar o equilibrar en beneficio de ésta.
Si queremos que la relación sea fructífera, hemos de conocer a nuestro perro y adaptarnos lo mejor posible a él para que, en consecuencia, él pueda adaptarse a nosotros y a nuestra forma de vida. En otras palabras, ponerle las cosas más fáciles ya que tiene que vivir bajo las normas humanas.
¿Qué factores vamos a analizar? En esta entrada, no podemos analizarlos detalladamente pero sí dar un repaso a algunos de ellos.
Desde el punto de vista de la relación, el estado en el que se encuentra la persona en cualquiera de estos factores que a continuación detallamos, también es influyente para el buen funcionamiento y convivencia entre las dos especies.


Factores genéticos y ambientales 
Cada individuo nace con un temperamento dado, pero éste está fuertemente condicionado por el ambiente, que va modificando y permitiendo el desarrollo de las distintas habilidades para desenvolverse. Si hablamos del perro, una de las etapas de mayor influencia en este sentido, es la de socialización. 
Sin embargo, en el tandem que formamos, debemos asegurarnos de que nuestro perro se complementa con nosotros respecto a su temperamento o que disponemos de las capacidades necesarias para solucionarlo. 
Imaginemos que una persona tranquila, casera, a la que no le gusta salir en general, y mucho menos ir a hacer deporte o caminar por la montaña, convive con un perro con grandes dosis de vitalidad y, en general, excitable... O la persona pone remedio al exceso de energía que tiene su perro diariamente invirtiendo tiempo y curiosidad por averiguar qué es lo que puede hacer para equilibrar la situación, o se genera una fuente de conflicto difícil de sobrellevar en la convivencia y la relación.

Factores fisiológicos 
Un estado de buena salud en el perro, en general, evita problemas de comportamiento y reacciones no deseadas. 
Una alimentación adecuada, la actividad física constante, el enriquecimiento ambiental y las precauciones de manejo, pueden mejorar el entorno del perro reduciendo factores estresantes y representan herramientas muy valiosas como complemento en la prevención y control de los problemas de comportamiento (Landsberg, 2011)
Podemos complementar brevemente este apartado con una observación. Un perro sano y equilibrado, proporciona beneficios fisiológicos a la persona.
Debemos estar preparados para convivir con situaciones en las que aparece una enfermedad o hay un accidente, tanto del perro como de la persona. En dichos momentos, la convivencia y la relación pueden desestabilizarse mucho y provocar un serio problema si no se ha pensado con anterioridad qué hacer. Hay que tener en cuenta que pueden llegar a ser más de doce años los que conviven dos mismos individuos.

Factores sociales 
Las relaciones sociales insatisfechas, provocan efectos negativos en el individuo a distintos niveles y dependiendo de la forma en que se den o de la carencia de las mismas, pueden surgir desequilibrios graves.
El hecho de que el perro sea un animal social no significa que podamos exponerlo a situaciones en las que entre en conflicto y le provoquen malestar, y si se da el caso, debemos responder adecuadamente sin aumentar su sufrimiento.
Dentro del factor social podemos destacar el juego como un elemento importante en el aprendizaje temprano y mediante el cual se adquieren una serie de capacidades que ayudarán en los futuros encuentros sociales.
Según Mark Bekoff, el juego se puede definir como;  
"Toda actividad ejecutada después de nacer, que parece no tener objetivo alguno, en el que los patrones locomotores de otros contextos son usados mediante formas modificadas o secuencias alteradas"
Factores emocionales 
En este factor es donde encontramos mayor dificultad a la hora de expresar en qué lugar nos encontramos con respecto al perro.
Sabemos aún relativamente poco en relación a la respuesta emocional, tanto humana como animal y, normalmente, nos movemos por intuición más que por conocimiento teórico cuando debemos "leer emociones".
Los estudios más recientes nos llevan a pensar que la capacidad del perro es similar a la del ser humano y, por tanto, plantea debates muy interesantes sobre su bienestar.
El profesor Gregory Berns, de la Emory University, realiza un estudio sobre la respuesta emocional en los perros mediante escáner y la compara con la de los humanos. En este enlace os explica un poco sobre él http://www.emory.edu/EMORY_MAGAZINE/issues/2012/summer/of_note/dog.html
y ya se puede adquirir el libro "How dogs love us" donde revela los datos que hasta ahora han obtenido.
Otro dato interesante es que los procesos de aprendizaje incluyen las emociones y es un factor a tener muy en cuenta por entrenadores o educadores. Otro día hablaremos sobre ello y los datos que sobre este tema se han obtenido recientemente.










En definitiva, una relación satisfactoria se resume en responsabilidad, observación y amor por ellos. 

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