Siete formas de no estar a la altura en la relación con tu perro

"Mi perro y yo nos entendemos, vivimos una relación equilibrada y no hay problemas de convivencia"


Llegar a este pensamiento en la relación de convivencia con nuestro amigo peludo es estupendo. No todo el mundo tiene la suerte de poder decirlo.


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Las relaciones entre dos individuos pasan por tres fases diferenciadas. Dichas fases las definimos como:

  • Fase de conocimiento: el primer reconocimiento del individuo que tenemos delante y con quien deberemos convivir, pasa por reconocer sus debilidades y potenciales. Es decir, conocerse para poder confiar uno en el otro. 
  • Fase de conflicto: al pasar tiempo juntos las dos partes, empiezan a generar conflictos o frustraciones debido a una comunicación deficiente, fallos en la percepción y debido a la necesidad de equilibrar la convivencia. En esta fase se pueden generar emociones negativas y pérdida de confianza entre uno y otro si no se soluciona rápidamente el motivo por el cuál aparece
  • Fase de normalización: caracterizada por la cooperación, esta fase normaliza la relación y desaparecen los problemas de comunicación y percepción que generan los conflictos graves.

Si este principio lo trasladamos a la relación humano-perro, podemos vernos reflejados en las tres fases si todo funciona correctamente y entender un poco mejor porqué no pasamos de la segunda fase si es el caso.

Cómo veis, trabajamos desde una relación de respeto entre las dos especies para que esto se dé como una constante. Si partimos de la base errónea, no podremos establecer una buena convivencia.
La relación basada en el miedo, desconfianza u opresión de la especie que convive con nosotros no es una buena táctica para poder llegar a la tercera fase y eso provoca que un estado continuo de conflicto nos lleve a grandes dosis de frustración por ambas partes, lo que con gran probabilidad se traduce en agresividad, ira, decepción...

En realidad, el trabajo del educador canino o del profesional que se encarga de analizar los problemas que tiene un propietario con su perro, se centra mayoritariamente en la segunda fase como podréis imaginar.

En ocasiones, cuando hablamos de animales, sea por desconocimiento o por la razón misma que nos empuja a tenerlos, no conocemos cómo se comunican o cómo son esos seres que conviven con nosotros e, inevitablemente, este hecho trae consecuencias que, a más estrecha convivencia, más grave torna el problema. Entonces, o buscamos ayuda o los apartamos de nuestras vidas de diferentes formas (abandonos, eutanasias, relegados al jardín o al balcón, atados, etc)


Identifiquemos algunos errores que cometemos los humanos con respecto a los perros. Aunque hay muchos otros, hemos recopilado algunos de los más frecuentes. Podéis preguntarnos si tenéis dudas en cualquier momento.

- "No quiero que entre en casa, su lugar es el jardín"
No podemos pretender que un animal que se educa solo y no convive junto a la familia, conozca las  normas de la misma o de la convivencia en sí y que controle sus emociones de la manera correcta si no le hemos dado la oportunidad, sino todo lo contrario, hemos fomentado que un animal social, se encuentre solo y sin una guía educativa conveniente

- "No quiero que pise el suelo porque se ensucia las patas y me mancha el piso"
 "Lo llevo en brazos porque él quiere"
Los animales que van en brazos se pueden volver desconfiados, temerosos y no válidos para la relación social, además de otras consecuencias que este hecho puede desencadenar, sobretodo relacionado con la agresividad hacia personas.

- "No me hace caso, por eso le he puesto el collar de castigo"
La solución es enseñar al animal de la forma correcta, no castigarle. Busca un profesional que no necesite herramientas las cuales no permitan que pases a la tercera fase de la relación adecuadamente.

- "No tengo tiempo para sacarlo ni puedo llevármelo a ningún sitio"
 ¿Y por qué lo tienes? 

- "Lo utilizo para que defienda mi casa"
El perro que está fuera no distingue a un potencial intruso, de otra persona que pasa por delante de tu casa cuando inicia su ladrido de alarma y es "carne de cañón" para el envenenamiento o las palizas por parte de los ladrones que van a entrar. No te engañes...si entran y tu perro le hace algo al intruso, el que       sale perdiendo eres tú y sobretodo tu perro, ¿lo sabías?
Una buena alarma con sensores y cámaras te costará menos dinero y será más efectiva.

- " Lo he traído para los niños"
Si el responsable del perro es el adulto, no hay problema. Los niños no pueden hacerse responsables de un perro en ningún caso. La educación de los niños en este aspecto es de gran importancia para que además entiendan que deben respetar al animal y no tratarlo como un juguete. 

- "Es un perro"
Exacto, un perro. Es un animal social con emociones complejas, un mamífero como tú, con un sistema de comunicación diferente al de los humanos porque es de la família de los cánidos y una capacidad de adaptarse y empatizar con el ser humano que otros animales no tienen.

Nos encantan porque nos benefician en muchos sentidos. ¿Qué relación tienes tú con tu perro?





Alba, de Simiperrohablara y una de las profesoras de nuestro curso de Educador Canino, nos explica cosas muy interesantes sobre los perros y que seguro que os gusta leer. Aquí os dejamos uno de sus posts sobre los lametones perrunos. 





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